Capitulo II – Despertar
No se que hora era cuando desperté… hace tanto que no dormía en una cama que mi cuerpo simplemente no quería salir de ahí. Cuando al fin pude abandonarla empecé a inspeccionar el lugar una vez mas, abrí cada cuarto para ver si alguien mas me hacia compañía, pero no, estaba vacío, me encontraba solo en aquel lugar.
- Donde estará…- comencé a preguntarme hasta que note que sobre la mesa habia una bandeja con una nota.
“Yatoh, hoy debía ir a trabajar, te dejo algo de comida para que comas algo mientras llego, siento no estar y por favor… No te vayas.”
- ¿Que no me vaya?, pero yo pensaba que era solo por una noche… es una mujer extraña – pensé sonriendo mientras rascaba mi cabeza.
Comí lo que había en la bandeja con ganas, jamás pensé que algo podía saber tan bien, me sentía feliz en aquel lugar desconocido que la idea de marcharme ya era absurda.
Tome la nota una vez mas, la leí un par de veces y la estreche en mi mano “No te preocupes, no me marchare” pensé y me tumbe en el sofá a dormir un rato a ver si así el tiempo pasaba mas deprisa y dejaba de estar solo.
Dormí un par de horas, cuando desperté tenia una frazada encima, alguien me había tapado, ya todo se encontraba a oscuras y no podía distinguir nada. Asustado note que el calor de un ser humano me abrigaba, cuando me di cuenta Himeko estaba dormida a mi lado con su cabeza apoyada en mi hombro, un leve rubor encendió mis mejillas, no puede evitar contemplarla, su piel era bastante pálida, sus labios rosas y tenia unas pestañas muy largas “como pude pasar por alto algo así” –me pregunte- era tanto mi cansancio y hambre que no había notado que Himeko era verdaderamente hermosa.
Algo se estremeció en mi interior, el pálido rostro alumbrado solo por las luces de la calle me cautivo, no pensé en nada, un suave y fugaz impulso paso por mi mente y cuando me di cuenta estaba suavemente uniendo sus labios con los míos.
Fue un beso suave, casi como un rose que se sintió extremadamente dulce.
Sobresaltado por lo que había echo aleje mis labios de los tuyos, no se que fue lo que me paso.
- Yatoh…-me llamaste entre sueños- no te vayas….
Susurro mientras el calido sentimiento de aquel beso aun estaba en mis labios y volvió a dormir.
- Aquí estoy Himeko – me apresure a responder en un susurro- no me iré.
Ella seguía dormida tan profundamente que con delicadez la tome entre mis brazos para llevarla a su habitación.
Era primera vez que entraba en su alcoba, era amplia y limpia, pero desposeída de cualquier cosa que podría ser común en un dormitorio, solo estaba la cama y junto a ella una mesita de noche. Se podía sentir la soledad de aquel cuarto apenas entrar.
Deposite suavemente a Himeko en la cama, me quede mirándola quien sabe por cuanto tiempo, deseaba que algo pasara, que algo me retuviera en ese lugar, no quería dejarla. Algo había pasado en mi que me hacia sentir así, solo quería seguir junto a ella, verla despertar, que me hablase en sueños.
- Mierda... – susurre molesto- no entiendo que me esta pasando…
Del armario tome una manta para taparla, ella seguía dormida tan placidamente que era una imagen hermosa de contemplar… aparte la vista y la cubrí, di media vuelta y comencé a caminar en dirección a la puerta con paso raudo, cuando estaba a punto de abrirla y cruzar el umbral escuche un leve susurro diciendo mi nombre, voltee mi cabeza para ver y sin pensarlo cruce la habitación en dos zancadas y bese en la frente a Himeko y salí de la habitación dejándola sola.
Mi corazón seguía acelerado, cada vez entendía menos lo que pasaba conmigo, era una sensación extraña que no había sentido antes, tampoco sabia si me disgustaba o mas bien era agradable.
- Mi mente se comporta de forma extraña – dije en voz alta- será por culpa de ese beso tal vez… ni siquiera yo entiendo el porque lo hice.
Tumbado en la cama repase mil veces lo que había echo y porque lo había echo, el beso, el llevarla con tanto cuidado hasta su habitación, el no querer dejarla y el otro beso en la frente hasta que entendí lo que podía estar pasando y comencé a sentir miedo de aquel sentimiento.
- Será que…me gusta? –me dije mientras el terror subía a mi cabeza- no, no, no puede ser, ese sentimiento no es para mi – me repetí muchas veces.
Esa noche no pude dormir.
1 comentario:
*O* ohh! lo amoooo sigue porfa! quiero saber que pasa!!!!! >. <
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